Gatos discapacitados: Un gato al que le falta un ojo o una pata generalmente no necesita cuidados especiales, unicamente a alguien que le quiera por su belleza interior y por sus calidades felinas, que no las pierde por estar discapacitado.
Gatos enfermos crónicos: Tener una enfermedad crónica no significa necesariamente que el gato esté enfermo, sino muchas veces que tiene una condición que requiere una supervisión mayor o quizás una medicación para poder disfrutar de una vida en familia...
Una duda que mucha gente tiene es si los gatos con discapacidades (de cualquier tipo, bien sea sordera, ceguera, parálisis o falta de miembros…) pueden convivir en condiciones normales con los humanos, y de hecho muchos animales con estos problemas son abandonados a su suerte (e incluso sacrificados directamente) en la creencia general de que los “pobrecitos” son unos desgraciados que no podrán disfrutar de una vida plena, o lo que es peor, ya no son tan bonitos porque les falta un trozo de su cuerpo.
Nada más lejos de la realidad. De hecho esos gatos ni siquiera tienen conciencia de que su discapacidad sea un problema, pues se adaptan perfectamente a su situación. Los gatos ciegos, por ejemplo, aprenden a moverse por la casa sin tropezar con los muebles aprendiendo unos puntos de referencia y ayudándose con los bigotes para orientarse. Lo único que hay que procurar es no mover mucho de sitio los muebles para que no se desorienten.
La sordera tal vez sea la disminución más extendida entre la población felina, especialmente entre los gatos blancos. Esto se debe a que existe una sordera congénita ligada a la presencia del gen dominante W (sordera por atrofia del órgano de Corti en el oído interno), aunque actualmente se piensa que afecta no sólo a los gatos de ojos azules, que era la teoría más aceptada, sino también a los de ojos anaranjados o dispares. La sordera apenas influye en el comportamiento del gato, aunque se dice que las gatas sordas son malas madres porque no pueden oír a sus cachorros, pero como siempre hay de todo.
Además de este tipo de problemas congénitos o por accidente, hay que señalar como disminución la extirpación de las uñas. Como dice el etólogo Desmond Morris:
“Quitarles las uñas al gato es infinitamente peor que privar al propietario de las suyas. Las uñas aseguran un buen número de funciones esenciales en la vida del felino. Un gato sin uñas es un gato mutilado”. Efectivamente, un gato sin uñas ya no puede rascarse ni desenredarse su pelo de la misma forma que un gato con uñas, y jamás el dueño podrá sustituir esa sensación de rascado ni con el mejor de los cepillos. Además no podrá trepar a los muebles o a los árboles de la misma forma que antes, ni podrá cazar o defenderse en caso de pelea con otros gatos. Y todo esto única y exclusivamente por el egoísmo de sus amos, que prefieren conservar en buen estado sus muebles, cuando lo fácil sería educar al gato a usar los rascadores (utensilios destinados precisamente para que el gato fortalezca sus uñas sin usar otros muebles de la casa) que tenemos en el mercado o que podemos fabricar nosotros mismos, además de cortarles las uñas regularmente para minimizar el daño que puedan ocasionar en los muebles.
Fuentes: http://www.groups.msn.com/ElClubdeKat
http://www.losdestructores.com/
foto: THOR, de ProyectoGatoVigo
Thor es…enorme. Sólo con mirar sus fotos se aprecia que es un gato tamaño XXL.
También es un gatote tímido en un principio, de los que hay que ganarse su confianza poco a poco.
Cuando lo conoces y confía en ti, es un gato cariñoso, grandote y bueno. También es positivo en inmunodeficiencia, como sus compañeros de acogida con los que se lleva de maravilla.
Es asintomático, no necesita medicación alguna. Los gatos con inmunodeficiencia pueden vivir muchos años sin tener el más mínimo síntoma de enfermedad. Por desgracia mucha gente no sabe ver mas allá de su enfermedad.
Thor se merece una casita donde poder mimar y ser mimado por una familia estupenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario