CARTA DESESPERADA

Hola os pongo la carta que ha difundido una persona de la asociación NUEVA VIDA :

Estimado amigo/a


Pertenezco a la Asociación NUEVAVIDA.


Esta es una pequeña aportación para paliar, mínimamente, el desconocimiento de la sociedad en materia de perreras, que no es nada, comparado con lo que realmente los animales, desamparados por completo cuando se cierran tras ellos las puertas de esos centros, tienen que soportar.

La gente “ normal” no quiere oír, no quiere ver ni quiere saber pero, nosotros tenemos que seguir intentándolo. Tenemos la obligación moral de seguir intentándolo. Tienen que conocer que:

- La mayor parte de las perreras españolas sacrifican a un porcentaje muy alto de los animales que llegan a ellas
- Que en la mayor parte de las perreras españolas el trato que se les da en esas instalaciones es vejatorio e inhumano y que va desde golpes, apareamientos obligados con ánimo de lucro para venta de cachorros, duchas frías en pleno invierno e instalaciones a la intemperie.
- Que la mayor parte de los animales que logramos sacar llegan llenos de gusanos porque la comida que se les da en la mayoría de estos centros está caducada o conservada en malas condiciones.
- Que la alimentación, además, es tan escasa y de tan poco valor nutritivo que los animales salen, cuando salen, depauperados.
- Que gran parte de las perreras españolas no solo se beneficia de la gestión que los órganos administrativos han puesto en sus manos, a costa de ahorrar en los productos básicos de consumo de los animales, sino que, además, trafican con los perros que recogen o abandonan en ellas, comerciando con ellos, si son de raza, cerrándose así, el circulo de su desgracia porque son comprados por criadores o cazadores que los utilizarán hasta exprimirlos y los devolverán a la perrera o les pegarán un tiro cuando ya no les sirva para sus propósitos.
- Que un porcentaje muy alto de los que llegan a estos centros no tienen ni la oportunidad de ser adoptados porque quedan aislados en zonas no visitadas de las perreras para los pocos adoptantes que se deciden a visitarlas y, por, supuesto, para las asociaciones que intentamos ayudarles, resistiendo sólo el plazo que marca la ley para su sacrifico: unos pocos días…
- Que los animales heridos, cuando se recogen, no son atendidos, en general, por veterinarios, y se mantienen heridos hasta que mueren, si no conseguimos sacarlos, entre sufrimiento y soledad por el abandono
- Que no se desparasitan ni se vacunan, de manera que todos ellos son focos de infecciones para los otros produciéndose epidemias que se llevan por delante cientos de ellos, sobretodo cachorros.
- Que muchas de las perreras no cuentan con veterinarios, ni siquiera para el sacrificio de los animales, llevándose a cabo esta acción por alguien que se considera persona y es tan solo un matarife.

Que por todo ello, las asociaciones tenemos limitadas las visitas a estos centros porque somos visitantes
“incómodos “ y que se nos obliga a callar porque si no las puertas nos son totalmente cerradas impidiendo toda posible salvación de algunos de ellos.

Pero no nos olvidemos de que las perreras son solo la consecuencia descarnada e inhumana de los verdaderos culpables, que las hacen posibles, las aúpan y las perpetúan:

- Los dueños de los animales, irresponsables, a veces, y deshumanizados las más, que los abandonan a esta suerte cuando ya no sirven porque han crecido y ya no son los juguetes que compraron o, cuando ya son viejos, porque estorban, o cuando no les valen para los trabajos a los que estaban destinados.
- Y la ceguera voluntaria de la Administración que se quita el problema de encima CONSINTIENDO estas masacres.

Por eso, cuando un ser humano, que se considere y sea realmente un ser HUMANO tiene ocasión de ver lo que muchos de nosotros vemos cada día, no puede por menos que variar muy negativamente la visión que de su propia especie tiene, despertándose en él, además de un dolor infinito, la ABSOLUTA NECESIDAD de ayudar COMO SEA a estos seres indefensos y olvidados.

Y el resto…. nos llama “ raros”

NUEVAVIDA